Juliana Fariña: una patóloga adelantada a su tiempo.
El pasado martes, 30 de junio de 2020, murió Juliana Fariña González (Badajoz, 1946). Sus logros profesionales han sido una referencia, aunque yo quiero valorar también aspectos quizás menos conocidos de su lado humano. Es cierto que consiguió muchos hitos, ser la primera mujer catedrática en España y jefa de Servicio de Anatomía Patológica (1983), primera mujer que presidió un colegio de médicos (Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid desde 2000 hasta noviembre de 2011), Académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina (desde 1996), Premio a la Excelencia de la Federación de Mujeres Directivas, Profesionales y Empresarias (2006) o la creatividad de desarrollar una nueva técnica diagnóstica como fue la ecopsia.
Su trayectoria profesional destaca por tanto por lo excepcional y por la trascendencia de sus logros, logrados a edad inusualmente temprana. Su trayectoria siempre estuvo ligada a la Universidad Complutense de Madrid, donde se licenció con el Premio Nacional de Licenciados Becarios. Se especializó en Anatomía Patológica y desde el año 1983 ocupaba el cargo de Jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Clínico San Carlos. Fue precisamente ese año, hace casi cuarenta años, cuando la conocí al incorporarme como estudiante a dicha Universidad. En aquel tiempo seprodujo una anomalía organizativa y el Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Clínico se partió en dos, una parte dirigida por Juliana y otra por Julián Sanz Esponera, mi padre. A pesar de mi parentesco y las diferencias que entre ellos pudo haber, Juliana me acogió en su grupo docente con amabilidad y respeto. Pude reconocer su compromiso y accesibilidad para los alumnos y para los patólogos y técnicos que trabajaban con ella, su carácter luchador y reivindicativo para conseguir mejorar nuestra especialidad. Entre los méritos científicos de los que fui testigo y a veces colaboré, dirigió 34 tesis, publicó unos 130 artículos científicos y varios libros. A principio de los años 90 puso en marcha técnicas moleculares como la detección de HPV o la ecopsia (estudio postmortem ecodirigido) que promocionaría por todo el mundo.
En el año 2000, conseguiría con iniciativa y entusiasmo la presidencia durante 12 años del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid. Desde allí, con propuestas innovadoras y siempre defendiendo la función de la Anatomía Patológica, conseguiría reconocimiento y difusión. No rompió los puentes con el Clínico y de hecho trato de implicarnos a muchos de nosotros en las tareas de relanzar el Colegio, ayudar a los médicos jubilados para que allí tuvieran su casa y otras muchas iniciativas. En sus últimos años profesionales antes de la jubilación, regresó de nuevo al Servicio de Anatomía Patológica, ya como única jefa, siendo de nuevo muy fácil continuar trabajando con ella, cada uno desde nuestras áreas de especialización.
Compartir tantos años con Juliana, desde una posición que podía haber llevado a disputas o enfrentamientos, pero que en realidad fue fructífera, fluida y respetuosa, me ha permitido ser testigo de una trayectoria profesional excepcional, unos valores de los que destaco la iniciativa, perseverancia, accesibilidad y compromiso, ha sido un orgullo. Sin duda muchos de sus alumnos, profesionales y amigos que han compartido sus esfuerzos y logros, sentimos profundamente su pérdida.
Julián Sanz Ortega
Presidente Territorial de Madrid.
Sociedad Española de Anatomía Patológica